lunes, 7 de abril de 2008

PERDIENDO EL NORTE




Como una Dorothy delirante
sin zapatos escarlatas,
sigo el camino
de minutos amarillos,
sacudiendo de mi cadera tornados,
explotando entre suelo y abismo.

Camino angustiada
como una funambulista torpe
al otro lado de una cuerda
partida por la mitad.
Irremediablemente caeré al vacío.

Respiro,
valorando tu mirada
como estrella polar.

Y se paraliza el aire,
no oscurece,
no hay luna, ni domingos,
no hay estrellas….
Mi brújula es un peso muerto
con su aguja quebrada.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Rodrigo Lira.

Me dejaron este poeta chileno en el blog. De momento, busca algo de él a ver qué te dice. El poema que me dejaron era ciertamente surrealista, arriesgado, sencillo, lleno de objetos de nuestra vida cotidiana, y como una fina ironía sobre nuestra dependencia de ellos...