lunes, 13 de abril de 2009

Lo único nuestro que permaneció - La resistencia



El hombre es una cebolla con un millón de capas de piel. Cambiar la primera es doloroso hasta grado indecible; la siguiente menos todavía, hasta que al final se vuelve agradable, cada vez más agradable, una delicia, un éxtasis. Y después no hay ni placer ni dolor, sino sólo obscuridad que cede ante la luz. Y, al desaparecer la oscuridad, la herida sale de su escondite; La herida que es el hombre, el amor del hombre, queda bañada en la luz. Se recupera la identidad perdida. El hombre da un paso y sale de su herida abierta, de la tumba que había llevado consigo tanto tiempo.
Henry Miller
Trópico de Capricornio