Podría bailar al son de tu sonrisa,
dibujarte
con dóciles pinceladas
las ausencias,
rasgarte el alma
para recuperar mi imagen
antes de ti.
Claro que también
podría ahogarme
en el jugo de limón
de tus silencios.
Y respirar sin dificultad
-y solo por esta vez-
el paso de las horas.
Podría frenarme en seco,
o seguir caminando
y tallar un corazón en el olvido.
Algo que me recuerde
que a pesar del poder de mi corteza
siempre regreso a la semilla.