Se paraliza mi espíritu
cuando tu nombre amenaza
escondido en cualquier calle.
Me sacudo el polvo del vestido negro
y acaricio mi frente
hasta borrarme el olvido.
Te espero detrás del puente
en la esquina con la curva de mi sonrisa
Todavía tengo casi todos mis dientes casi todos mis cabellos y poquísimas canas puedo hacer y deshacer el amor trepar una escalera de dos en dos y correr cuarenta metros detrás del ómnibus o sea que no debería sentirme vieja pero el grave problema es que antes no me fijaba en estos detalles. M. Bendetti
miércoles, 25 de noviembre de 2009
De tripas Corazón
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