Hoy salgo a un mundo en el que tu,
nunca has existido
camino con la cabeza alta
por calles que no recuerdan tu nombre
y mucho menos tú apellido
o los abrazos que ella se invocaron.
Me he arrancado a mordiscos
las marcas que habías gravado en mi piel,
y ya estoy recuperada,
limpia,
nueva,
mía…
Se han evaporado las huellas
que me marcaban el camino
y me obligaban a caminar hacia atrás
como un cangrejo
Y ahora por fin
sin tu sombra
el sol me ilumina todo el cuerpo,
y la mochila que no vacié contigo
está por fin vacía con tu ausencia.