
Ardo y muero
en el vapor de tus ojos,
para convertirme en vida.
Miro en tu interior
-dentro del anonimato
de mi transparencia-
más allá de muros.
Y agradezco el rodar
por tu tacto frío,
tu espasmo,
tu sonrisa,
tu locura,
la mano que acaricia tu rostro…
1 comentario:
Me identifico mucho con la mano de ese poema, con el tacto de ese alma. Un beso.
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