En mi altar no hay flores,
no hay velas ni ofrendas.
No hay dioses...
Hay ternuras amarillas
como aquella foto de niña,
la entrada de aquel concierto,
los brazos de mi padre
atrapados en la retina
y envuelto en celofán negro tu corazón.
En mi altar nadie implora,
no hay cruces,
ni emblemas.
Pero si un pendiente de cada par,
un poema de Mario,
un corcho de aquel brindis
y una cruz torcida de fotos…
En mi altar no hay muerte,
ni hay vida,
Si una silenciosa memoria
de aquella niña que despertaba
no hay velas ni ofrendas.
No hay dioses...
Hay ternuras amarillas
como aquella foto de niña,
la entrada de aquel concierto,
los brazos de mi padre
atrapados en la retina
y envuelto en celofán negro tu corazón.
En mi altar nadie implora,
no hay cruces,
ni emblemas.
Pero si un pendiente de cada par,
un poema de Mario,
un corcho de aquel brindis
y una cruz torcida de fotos…
En mi altar no hay muerte,
ni hay vida,
Si una silenciosa memoria
de aquella niña que despertaba
y una mujer que vuelve a soñar…
18 comentarios:
Este poema lo inaugura yo!!Jajaja. Me mola la foto con los posits, o como coño se escribe el anglicismo, jejeje. Me gusta el poema y en el altar nunca puede faltar Don Mario Benedetti... Un besote loca, nos vemos.
Tu altar es entrañable.
Besos.
Me encantó, yo también guardo las entradas de los conciertos y los corchos de las botellas de vino, con el afán de guardar el momento, de que no se convierta en añoranza, en recuerdo, en olvido.
Lo único que nos queda a fin de ciclos son esos momentos de amor y de pasión que hemos vivido, que hemos atesorado, que son sagrados, así qué, Por qué no hacer de cada momento un mar de pasión y un despertar y cómo has mencionado en tu poema: volver a soñar.
¡Excelente! ¡felicidades!
Me gustó, está bien la idea del altar hecho de poesía, una diosa digna de adoración...
Mónica:
¿Cómo estás? Tienes la mejor verdad, el dogma más completo. Crees en lo que te rodea y eso, en los tiempos que corremos, dice tanto.
Besos.
Cada alma debería tener un altar a tu manera, con sus recuerdos más gratos y con sus gentes más queridas. Quizás si rezáramos a ese altar este mundo tendría otro color, quizás el amarillo. Un saludo
Me gusta tu altar, tan mundano, tan exento de lo sacro, un beso
Gracais por el comentario en Bohemia
Bonito poema. Me encantan esos altares que sólo guardan lo importante aunque se trate de un humilde corcho o de una entrada desaliñada.
Aunque sean altares soñados.
Bicos.
Me alegro de que los sueños, a su manera, hagan acto de presencia otra vez.
un abrazo.
Yo en mi altar tengo cosas extrañisimas y otras simples, pero jamás tendría un Dios impuesto!!!
Te espero en mi blog, te sigo!!!
Nadie tiene un dios impuesto en su altar sino en un altar impuesto.
Saludos.
Muy tierno altar este que permite a la mujer soñar.
Un beso
Izaskun
Cuando se me murió el canario
puse en la jaula un limón.
Soy un caso extraordinario
de pura imaginación.
Ji.
hola mónica!que poema!
la verdad que de alguna manera cada uno de nosotros tiene su "altar" y eso es muy bueno!algo que nos distingue pura y totalmente de los demás.
un abrazo muy grande! te sigo!
feliz fin de semana! =)
Te invito a visitar mi blog en el podrás encontrar mis últimos trabajos en arte la dirección es la siguiente:
www.claudiotomassini.blogspot.com
Te saluda atentamente Claudio Tomassini
Hola,hola !!
Creo que tu altar es maravilloso
besito
Lo que sale del alma siempre es sagrado.
Antonio
hola de nuevo!!
me recuerda a un viejo poema que escribí...
genial... me gusta muchooo!!
encima vi, en tus links, la pagina a la que iba a invitarte ;]!! soy el director de La luz caída... y quiero que estes ahi :D
mandame un mail con el cual pueda invitarte al blog!! el mail de la comunidad es tan-azul@hotmail.com
abrazos!!
Publicar un comentario