Me he peleado con la niña,
a la que nunca le dolió el pasado.
Ya olvidé su cara,
sus manos, su inocencia
Se fugó con mis sueños
y me dejó las pesadillas.
Ha robado las flores
para arrancarles los pétalos gritando:
¡Me quiere! ¡Me quiere!
Y ahora, me abandona
con una guirnalda marchita
que me oprime el cuello
Y ahora, me abandona
con una guirnalda marchita
que me oprime el cuello
haciéndose más pequeña.
Recorro sin ella
estaciones tras la ventana:
ya ni salto en los charcos,
ni río sin miedo al lamento,
ni sueño por no despertarme.
Y si había de volar con sus alas infantiles,
lucho por no acabar maltratando
lo poco me queda de ella
intacto de cicatrices.
Recorro sin ella
estaciones tras la ventana:
ya ni salto en los charcos,
ni río sin miedo al lamento,
ni sueño por no despertarme.
Y si había de volar con sus alas infantiles,
lucho por no acabar maltratando
lo poco me queda de ella
intacto de cicatrices.
5 comentarios:
Del mío no queda ya casi nada.
Se ha escapado y no se lo reprocho.
Besos.
Busca en el alma.
Un beso.
En los niños que fuimos, en ese emjambre despreocupado que era la vida: Miel y barullo, se firmaron los pactos de nuestro ser hoy. Atrás, muy lejos, aún están los charcos que perdonamos, las meriendas en corro como pájaros alrededor de una fuente que pensamos inagotable. El primer amor, anterior al beso fugaz, al rubor de sentirse mirado, a las pecas y las trenzas de pronto visibles, es sin duda la infancia. Siempre volvemos a ella porque nunca nos fuimos del todo. En el contagio nos quedaron cicatrices, secuelas que intermitentemente aparecen cuando la ternura, el brillo enamorado o una canción, roza el hilo umbilical de nuestra cometa niña.
A punto de entrar en el medio siglo, creeme Mónica, que regresar como ahora -gracias a tu poema- a esa latitud confortable, me hace sentirme bien, profundamente humano.
Un beso fuerte poeta
P.D. (Nunca me habían llamado muso,je,je)
Julio
Mima a esa niña que ahí sigue, Mónica. Déjala marchar, si lo requiere, pero dile que estás para ella.
Un abrazo fuerte.
Izaskun
A esa niña nunca la vas a perder, siempre queda un resplandor de ella dentro de nuestro corazón y cuando menos lo esperamos sale a flote mostrando toda su alegría y ganas.
Besos.
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